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La Santa Faz de Nuestro Señor Jesucristo



Apostolado de la Santa Faz


LETANIA COMPLETA AL SANTA ROSTRO


"El Santo Rostro de Jesús a partir de la imagen del velo de Verónica.
(El velo se guarda en la basílica de San Pedro, Roma)


La letanía de la Santa Faz en nuestra página web de Devoción de la Santa Faz, y en nuestros folletos, es la versión resumida, ya que la versión completa es bastante larga. A continuación se muestra la versión completa de la Letanía de la Santa Faz. Esta letanía fue compuesta por la Hermana María de San Pedro y aprobada por Mons. Morlot, Arzobispo de Tours, en 1847. Por un Rescripto del 27 de enero de 1853, el Papa Pío IX otorga a todos los que recitan, con un corazón contrito, estas oraciones en honor del Santo Rostro de Jesucristo una indulgencia de 100 días. por cada vez; aplicable a las almas del Purgatorio.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, escúchanos.
Cristo, misericordioso escúchanos.
Santa Virgen María, ruega por nosotros.

(Después de cada una de las siguientes frases, di "ten piedad de nosotros")

Oh Rostro adorable, que fue adorado con profundo respeto por María y José cuando te vieron por primera vez, ten piedad de nosotros.
Oh Rostro adorable, que en el establo de Belén deslumbró con alegría a los ángeles, los pastores y los magos,
Oh Rostro adorable, que en el Templo transpiraba con un dardo de amor al santo santo Simeón y la profetisa Anna,
Oh Rostro adorable, que estaba bañado en lágrimas en Tu santa infancia,
Oh Rostro adorable, que, cuando apareciste en el Templo a los doce años, llenaste de admiración a los Doctores de la ley,
Oh Rostro adorable, blanco con pureza y rojizo con caridad,
Oh Rostro adorable, más bella que el sol, más bella que la luna, más brillante que las estrellas,
Oh Rostro adorable, más fresca que las rosas de la primavera,
Oh Rostro adorable, más preciosa que el oro, la plata y los diamantes.
Oh Rostro adorable, cuyos encantos son tan deslumbrantes y cuya gracia es tan atractiva,
Oh Rostro adorable, cuyas características se caracterizan por la nobleza,
Oh Rostro adorable, contemplada por los ángeles,
Oh Rostro adorable, dulce deleite de los santos,
Oh Rostro adorable, obra maestra del Espíritu Santo, en la que el Padre Eterno está muy complacido.
Oh Rostro adorable, deleite de María y José,
Oh Rostro adorable, espejo inefable de las perfecciones divinas,
Oh Rostro adorable, cuya belleza es siempre antigua y siempre nueva,
Oh Rostro adorable, que apacigua la ira de Dios,
Oh Rostro adorable, que hace temblar a los demonios,
Oh Rostro adorable, tesoro de gracias y de bendiciones,
Oh Rostro adorable, expuesto en el desierto a las inclemencias del tiempo,
Oh Rostro adorable, abrasado por el calor del sol y bañado en sudor en Tus viajes,
Oh Rostro adorable, cuya expresión es divina.
Oh Rostro adorable, cuya modestia y dulzura atrajeron tanto a los justos como a los pecadores,
Oh Rostro adorable, que le dio un beso sagrado a los niños pequeños, después de haberlos bendecido,
Oh Rostro adorable, turbado y llorando ante la tumba de Lázaro,
Oh Rostro adorable, brillante como el sol y radiante de gloria en la Montaña de Tabor,
Oh Rostro adorable, triste al ver a Jerusalén, y derramando lágrimas en esa ciudad desagradecida,
Oh Rostro adorable, inclinado a la tierra, en el Jardín de los Olivos, y cubierto de confusión por nuestros pecados,
Oh Rostro adorable, bañada en un sudor sangriento,
Oh Rostro adorable, besada por el traidor Judas,
Oh Rostro adorable, cuya santidad y majestad hirió a los soldados con miedo y los arrojó al suelo,
Oh Rostro adorable, golpeado por un criado vil, con los ojos vendados vergonzosamente y profanado por las manos sacrílegas de tus enemigos,
Oh Rostro adorable, contaminado con saliva y magullado por innumerables bofetadas y golpes,
Oh Rostro adorable, cuya mirada Divina hirió el corazón de Pedro, con un dardo de tristeza y amor,
Oh Rostro adorable, humillado por nosotros en los tribunales de Jerusalén,
Oh Rostro adorable, que preservaste Tu serenidad cuando Pilato pronunció la sentencia fatal,
Oh Rostro adorable, cubierto de sudor y sangre, y cayendo en el lodo bajo el pesado peso de la Cruz,
Oh Rostro adorable, digno de todo nuestro respeto, veneración y adoración,
Oh Rostro adorable, limpiada con un velo por una mujer piadosa en el camino al Calvario,
Oh Rostro adorable, levantado en el instrumento del castigo más vergonzoso,
Oh Rostro adorable, cuya frente estaba cubierta de espinas,
Oh Rostro adorable, cuyos ojos estaban llenos de lágrimas de sangre,
Oh Rostro adorable, en cuya boca se vertió hiel y vinagre,
Oh Rostro adorable, cuyo cabello y barba fueron arrancados por los verdugos,
Oh Rostro adorable, hecha como la de un leproso,
Oh Rostro adorable, cuya belleza incomparable fue oscurecida bajo la terrible nube de los pecados del mundo,
Oh Rostro adorable, cubierto con las sombras tristes de la muerte,
Oh Rostro adorable, lavado y ungido por María y las santas mujeres y envuelto en una mortaja,
Oh Rostro adorable, encerrada en el sepulcro,
Oh Rostro adorable, todo resplandeciente de gloria y belleza en el día de la Resurrección,
Oh Rostro adorable, todo deslumbrante con luz en el momento de Tu Ascensión,
Oh Rostro adorable, escondido en la Eucaristía,
Oh Rostro adorable, que aparecerá al final de los tiempos, en las nubes, con gran poder y gran majestad,
Oh Rostro adorable, que hará temblar a los pecadores,
Oh Rostro adorable, que llenará a los justos de alegría por toda la eternidad,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

Encontrado en el Manual de la Archicofradía de la Santa Faz (1887), pg 150.